sábado, 29 de marzo de 2008

Decirte

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Decirte
(qué difícil)
que quiero morir mientras duermo

anoche







Me veo malo
me ves malo
me ve malo
me vemos malo
me veis malo
me ven malo.

Debo ser malo.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Escribir ya

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Escribir ya no es lo mismo cuando se van pasando los sueños.
Saber que puede no pasar se empieza de a poco a confundir con no querer que pase, primero, con querer que no pase, después. Al ver que esto que era lo que más queríamos nos pierde interés se piensa entonces que no hay algo que tome su lugar y al cabo de diez minutos pensando nos inunda la tristeza.


la tristeza

otra vez
la puta tristeza

martes, 25 de marzo de 2008

Cuánto yo quisiera

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Cuánto quisiera morirme
cuánto quisiera estar muerto
y poder seguir prendiendo fuego
pienso
esta parte de mi cabeza

domingo, 23 de marzo de 2008

Experimento (primera parte)

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Después de las primeras veces, se repetía el experimento en Roberto como con todos los otros. Sólo se apreciaban diferencias en la situación (tan concreta en aquellos días) en que Roberto alcanzaba cada vez menos los objetivos. El experimento no era otra cosa que un recorrido que constaba de los siguientes obstáculos:
una sala de té, una mesa de billar adaptada, una salita (discreta) de proyecciones en la que se veían episodios de series clásicas de los años 70s en pantalla 4x4, un insectario con más de 300 especies, un salón de baile con muy cómodos sillones, …, …, …, … y una sala con paredes espejadas.
Se intentaba evaluar el comportamiento tanto habitual como ocasional de los perfiles durante la rutina que repiten diariamente durante el período de:
un mes. Permitiéndoseles interactuar libremente entre ellos, se sometía sus actos y sus dichos a agudos análisis de notables profesionales y sabuesos de la verdad. Se les daba a los perfiles la consigna de:
organizar su recorrido diario por el experimento de manera tal que, no accediendo dos veces en el día a un mismo ambiente (los cuales eran exactamente 10), pudieran pasar por todos ellos sin encontrar dos veces a ninguno de ellos . El recorrido se completaba al transcurrir 4 horas desde el inicio.
Los perfiles eran diez y se les había rebautizado para el proceso con los nombres de los abuelos de los productores. Este informe de la situación actual del experimento no amerita la especificación de dichos nombres, por lo que aquí se referirá a los perfiles indistintamente como:
Uno,
Dos,
Tres,
Cuatro,
Cinco,
Seis,
Roberto,
Ocho,
Nueve, y
Cero. (Aclaramos que la mención del nombre de Roberto se explicita en función de la correcta identificación del excepto Roberto.)


El Director gritaba esta tarde:
-¡Al final del primer día nosotros ya sabíamos quiénes nos habían mentido y en qué!
El Director era un hombre que tenía siempre la cara transpirada, y un poco rosados los costados como si hiciera un calor de lo más agobiante. Era bueno, sin embargo, y muchos le daban la razón:
-¡Es cierto!, no digo que no… usted fijesé, si no: ¿cuántas veces nos pasó de prever cuando se iba a armar una? Es lo que yo le digo: … estas cosas se manejan así. Se habrá cansando… y quiso dejar todo.
-Esto es distinto- interrumpió el Director-. De alguna manera Roberto lleva una idea bastante exacta del tiempo transcurrido.

Roberto se había encerrado los últimos tres días en el salón de baile, ambiente por el que le había sido indicado que ingresase al experimento, y había esperado oculto tras de un sillón de dos plazas hasta que faltaran quince, veinte minutos para el final. Para ese momento ya cada uno de los perfiles que seguían con posibilidades de alcanzar los objetivos estaban descansando en algún ambiente, mirando las puertas nerviosos de que pudiera entrar cualquiera que ya se hubiesen cruzado.
Lo cierto es que Roberto no salía de aquél ambiente y, de ese modo, no hacía sino perder, quedar descalificado, fuera.

Experimento (segunda parte)

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(Se comió a todos, Roberto.)

jueves, 20 de marzo de 2008

Es un insecto

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Es un insecto.
Como un mosquito. Grande,
grande.
Camina de alitas por el viento torpemente
de manera torpe torpísima.
Choca contra mi brazo y pienso
pienso
que no hay en eso más que casualidad,
eterna de tan pura.

¡Oh! No me despierten,
no me lo avisen si ha dejado un huevo
que entonces me pesan por chicos que sean.

(El huevo está ahí,
germen de vida. Nace y muere;
nace y muero.)

martes, 18 de marzo de 2008

La vez trescientos

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¡Ay!; creo que
hoy cumplí la vez trescientos
al sentir cuánto me lamento
por no tener cámara
en la lente de los ojos.

martes, 4 de marzo de 2008

Eje temático: pensar el rol docente

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Se nos pide silencio sin usar la palabra silencio; pienso que nos dice chicos, solamente, y con eso entendemos. Cuánto silencio ocupará el aire, que al apoyar la tiza en el pizarrón, ese punto suena.
Suena, y el ruido viaja hasta nosotros y nos dice que ya nos toca: presionando, baja la tiza y hace un rulo a la izquierda para salir a la derecha antes de volver a subir. La voz acompaña: día jueves, dice probablemente.
Es nuestro primer intento pero no sabemos reconocer aún lo esperado de nuestras imperfecciones. Lo hacemos, borramos, lo hacemos y de nuevo no nos gusta.
Algunas promesas del aula, pensamos, ya han pasado la mayúscula. Borramos.
Norma ya camina entre los bancos evaluando con sonrisas a todos los intentos. Los inseguros pensamos que seremos los últimos, o los únicos que nunca lo harán.
¡Ojalá -pensamos a gritos-, ojalá que primero durara siempre, o hasta que lo entendiera!
Al poco rato, su sonrisa nos lo explica: es un juego el firulete de la dé mayúscula.